Conecta Con Tu Público
La mayoría de los músicos que buscan ganarse un lugar en la profesión, independientemente del género en el que desarrollan su actividad, con frecuencia dirigen su atención al tamaño y crecimiento de su popularidad, al número de seguidores en sus redes sociales y al sueño de que sus recientes creaciones, proyectos o interpretaciones impacten casi de manera instantánea a la mayoría posible. Es así como van construyendo una idea sobre lo que sería el éxito en la música, a partir de la presunción de obtener triunfos apresurados, sin entender que en realidad los logros tienen una dirección completamente opuesta a estas creencias.
El gran bambú japonés tiene una gran enseñanza para nosotros. Una vez que su semilla es plantada se empieza a formar un complejo sistema de raíces que poco a poco se va asentando durante los primeros siete años, y sin este proceso, la planta jamás podría alcanzar su belleza ni su majestuosa altura que a veces sobrepasa los 25 metros.
Esta analogía nos ayuda a reflexionar sobre la dirección que toma la base del éxito, cuyo sentido no apunta hacia factores externos sino que en realidad esta anclada en nosotros mismos, sobre el valor de las ideas, de nuestros propios sueños y en los deseos de hacer realidad las ilusiones de quienes integran el grupo de personas a las que queremos llegar, impactar o servir.
Estas son las raíces que debemos cimentar bien para lograr que nuestros proyectos se desarrollen, inspirados siempre por el firme propósito de provocar un cambio en esas personas que realmente nos importan a través un trabajo artístico del que nos podamos sentir orgullosos. Sin embargo, se debe tener mucha paciencia, porque una propuesta artística de valor es similar a las grandes ideas, suelen ir en contra de lo ordinario y en ocasiones exigen que se den cambios importantes tanto en el interior como en el exterior antes de que se propaguen.
Así es que tu trabajo artístico, generoso, honesto y reflexivo no necesita ser acogido por las masas, tu éxito consistirá en hacer un esfuerzo por encontrar al grupo de personas para las que tu arte esta dirigido, y una vez acogido, ellos son los que se encargarán de propagarlo.
Actualmente el internet y las redes sociales nos dan la tentación de querer llegar a todos, pero la verdad esto no es posible, y después el no poder lograrlo se convierte en una buena razón para abandonar un buen proyecto. Por ello, no precises ofrecer tu trabajo a todo el mundo, mejor encuentra el público para el cual tu eres su mundo.
Es más efectivo hacer arte para aquellos que quieres llegar, que encontrar público para tu música, y cuando vemos claramente para quien es lo que hacemos se empiezan a abrir las puertas del éxito.