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Musicos en Acción - Por Rodolfo Perez
22 Nov 2021

¡Feliz día del músico!

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Además de extender un cariñoso saludo y felicitación en este día del músico a todos aquellos que decidieron dedicar su vida a cultivar el arte de los sonidos, aprovecho para compartir con todos mis colegas un par de reflexiones con el propósito de ayudar a aquellos que deseen desarrollar una carrera profesional más productiva.

1.- Nunca toques o des un servicio a cambio de nada. Ningún profesionista lo hace, nadie va con un médico a que lo consulte ofreciéndole a cambio una recomendación con sus amigos,  un abogado no trabaja solo cobrando los gastos del juicio, un arquitecto no regala sus planos. Así es que aunque vayas iniciando tu carrera en la música, nunca aceptes un ofrecimiento cuyo intercambio de valor sea la experiencia, gastos de viaje, alimentación o para que te conozcan. Muchos músicos aceptan este tipo de condiciones con la esperanza de que quienes los contratan valoren su sacrificio para que en un futuro próximo venga la remuneración económica o más trabajo bien pagado, pero la verdad es que eso casi nunca sucede. Al contrato, a partir de esos tipos de tratos esas mismas personas, orquestas, compañías, directores o quien sea, te empiezan a clasificar como el que no cobra y que está dispuesto a hacer lo que ellos quieren con tal de tener una oportunidad. Por lo tanto, ¡Nunca aceptes una propuesta de esa naturaleza! De esa forma ganan ellos y pierdes tú, y de lo que se trata es fomentar lo que Stephen Covey menciona como el hábito de ganar – ganar, que consiste en siempre construir relaciones (en este caso laborales) donde el intercambio de valor sea siempre equitativo.

2.- Se selectivo con tus clientes. Independientemente del ámbito al que te dedicas es un hecho que ofreces un servicio a un cliente, ya sea que seas concertista, tengas una banda de rock, enseñes en un conservatorio o de manera particular. Hagas lo que hagas si deseas incrementar tus ingresos de manera significativa deberías dedicar algunas horas de tu tiempo para hacer un minucioso filtro de tus clientes, y a partir de ahí ten el poder de despedir a aquellos que te quitan tiempo y que no te sirven para alcanzar tus propósitos, sobre todo los económicos.

Esto pudiera sonar un poco arriesgado porque actualmente muchos músicos son capaces de soportar a clientes que tardan en pagar o que seguido regatean sus honorarios, a niños que no quieren estudiar pero que sus papás los obligan, a directivos de escuelas que los hostigan porque aún sabiendo que pagan mal saben que hay pocas plazas y que los maestros tendrán que alinearse y obedecer. En este momento te puedes preguntar:  Si debo hacer un filtro y en el tendría que eliminar a este tipo de “clientes” pero los necesito para apenas pagar mis cuentas ¿De que sirve hacer esto y de dónde vendrá el beneficio?.  Ahora me explico.

Supongamos que hace 10 años egresaste del sistema de conservatorio, tocas clarinete en la orquesta de tu ciudad, tal vez no sea la gran orquesta pero es la única y además tu salario es aceptable, pero como no es suficiente también enseñas en la universidad en donde vives. Sin embargo, como la mayoría de los estudios revelan que el salario en estos trabajos no es el mejor, también das clases particulares y como en tus inicios el saxofón fue el instrumento que te llevó a descubrir tu vocación tienes una banda de Jazz que toca los fines de semana en eventos o bares.

En el caso de tu trabajo en la orquesta y en la escuela de música no tienes muchos clientes que filtrar, solo son dos… en realidad no te gusta mucho el trato que recibes de ambos y además el salario no es mucho así es que empiezas a valorar el tiempo que inviertes (Orquesta: Ensayar -casa-, ensayar – orquesta- concierto/ Escuela de Música: Preparar, enseñar y calificar) Obtienes tu análisis y continuas con lo siguiente.

Te das cuenta que en el caso de tus alumnos particulares (incluso con los de la escuela) tienes otro tipo de reflexión, solo tienes diez alumnos pero en realidad solo estás contento con tres porque ellos o sus padres pagan bien, y además, tienen muchas ganas de aprender. Entonces te centras en ellos porque te pagan bien y realmente te hacen sentir bien en tu trabajo, para hacer tu trabajo de análisis empiezas con el más importante que es su lista de anhelos.

Comienzas a preguntarles por qué decidieron estudiar contigo, cómo pudieras ofrecerles una experiencia mejor en su clase, cuál es su principal frustración en el proceso de aprender, etc. Te das cuenta que sus respuestas te ayudan a ofrecerles una mejor experiencia en su aprendizaje, creas un método que resuelve su principal problemática y lo compartes con ellos, además como son los que te pagan mejor, te empiezan a recomendar con todo su círculo social donde empiezas a ser conocido y solicitado. Guardas tu análisis y prosigues con el siguiente.

En el caso de tu grupo de Jazz haces algo similar, haces una encuesta en internet sobre el trabajo de tu banda y esta la compartes con los que visitan el lugar cada fin de semana, en las respuestas te das cuenta que hay muchas personas que desde hace tiempo solo visitan el lugar por tu música y además conoces mucho más sobre ellos; sabes cuál de tus canciones son sus favoritas, qué edad tienen, su profesión, ¡hasta su cumpleaños y su email!. Sigues analizando y te das cuenta que esa información te brinda la posibilidad de tomar varias decisiones que vale la pena estudiar, entre ellas cobrar mínimo dos veces más la hora, elegir un mejor bar, ó dedicarte únicamente a eventos especiales porque te diste cuenta que hay suficientes nuevos clientes dispuestos a pagar mucho más y que el precio de tu servicio te permite no tener que trabajar con horario fijo cada fin de semana, incluso… ¡Necesitas más músicos para hacer otro grupo que toque en otros eventos y tu puedes dedicarte a tocar si quieres o solo administrar!

Independientemente de que este caso sea uno que pueda ser similar con el tuyo o no, el principio es: cuando eliges a tus clientes eliges tu futuro, y la clave está en que seas tú quien elija.

Por ello, no esperes más a que te alguien te valore, no te mantengas esperando el golpe de suerte en un trabajo que no soportas, no esperes a que alguien te elija… tu talento y tu tiempo ¡Valen más que el dinero! Y por eso ¡Elígete a ti mismo!, encuentra tu talento más rentable, identifica Tu Zona Próspera y conecta con aquellos esperan por ti.

Recuerda que estamos en un mundo donde las empresas, productos y servicios ya no son locales sino globales y por ello tienes la posibilidad de conectar con miles de personas… ¡Elígelas!.

¿Qué piensas?

Si te gustó o no este artículo me encantaría saber lo que piensas, así es que si deseas compartirme tu opinión, alguna inquietud o tu situación en la música escríbeme a rodolfo.perez@musicosaccion.com. Estaré muy gustoso de leerte y responderte, créeme que contesto todos los correos electrónicos solo ten un poco de paciencia.

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